Hoy estoy probando algo distinto. Llevo tiempo dándole vueltas a cómo escribir mejor y he decidido intentar un estilo más narrativo, casi de ficción, con párrafos largos que cuenten la historia como la siento. ¿Te gusta más? De verdad, dejadme comentario.
Llevo semanas intentando comprar piso en Barcelona. Y, sinceramente, estoy flipando. ¿Sabéis lo complicado que es, en mi curro de marketing, conseguir que un usuario te deje su nombre, su teléfono y su correo voluntariamente? Que encima te diga: “¡Tengo muchas ganas de probar vuestro servicio!” Eso es el puto Dorado. Lo que todos perseguimos cuando diseñamos un funnel, una campaña, una captación… Pues ahí estoy yo: dando mis datos, mostrando interés real por varias viviendas… y los agentes inmobiliarios pasan de mí. Pero total
Que si un WhatsApp sin contestar. Que si otro que me promete cita “sin problema” y han pasado ya tres semanas. Uno me dejó en visto porque, según él, no podía conseguir las llaves del piso. Una semana entera en visto.
¿Pero esto qué es?
En mi cabeza no paro de pensar en uno de mis clientes, que instala placas solares. Si un lead le manda un mensaje, en cinco minutos le está llamando. Al día siguiente, ya está en casa con un presupuesto bajo el brazo. Pero aquí, buscando un piso que no vale un millón, pero la comisión todavía rondaría unos 9.000-15.000 € ¿Tan poco importo como cliente?
Eso sí, no todos son así. Quiero mencionar a Mario, agente inmobiliaria de ParkRose Properties en Barcelona. Qué diferencia. Me respondió rápido, me propuso varias visitas, me preguntó por mi situación financiera, si necesitaba ayuda con la hipoteca… Hasta me advirtió: “Ese piso que has visto en fotos es más pequeño de lo que parece, no te lo recomiendo.” ¡Eso es vender! Eso es cuidar al cliente. Por supuesto que voy a seguir con ellos.
Porque, al final, no se trata solo de mostrar pisos. Se trata de hacer que el cliente se sienta valorado.
Hablé un poco de esto en mi post sobre cómo conseguir que tus clientes te dejen una reseña. Pero esto va un poco más de solo tácticas…es más una forma de interactuar. Ser más humano y menos robot, vamos.
Captar datos no es un triunfo, es una responsabilidad.
Y aquí viene la reflexión: tanto que hablamos de privacidad, de datos, de barreras… Pero la verdadera clave está en esto. En la cercanía. En demostrar que le importas al otro. Si alguien siente que le escuchas, que le entiendes, que quieres ayudarle… te entrega su información encantado. Te lo juro pagaría comisión doble. (Bueno, es un decir, por si está Mario leyendo esto.) Sin trucos, sin rollos. Y eso, mis amigos, es la mejor estrategia para convertir la privacidad en captaciones de clientes.
Ahí voy…
Muchas veces pensamos en generar leads como si fuera una victoria para el negocio. A veces casi parece un truco: hemos conseguido que alguien rellene nuestro formulario y eso nos da un subidón. “Mira qué bien lo hemos hecho, nos han dado sus datos porque nos adoran”. Pero cabrearme con los agentes inmobiliarios me ha hecho ver el otro lado: muchas veces los leads están en situaciones jodidas, frustrantes, incluso desesperadas. Buscan ayuda. Y están dispuestos a pagar si sienten que realmente se la podemos dar. Ese es el cambio de chip: no se trata de nuestra victoria, se trata de su lucha.
Nosotros solo somos la mano amiga. Así es como logramos que dar datos y consentimientos deje de ser un obstáculo.